jueves, 24 de diciembre de 2009

CONTEMPLABA DE NOCHE A LAS ESTRELLAS

Contemplaba de noche a las estrellas
bajo un cielo de sombras y guirnaldas,
las estrellas temblaban débilmente
y la noche en las sombras suspiraba.

Era un día muy lindo de diciembre
con su noche preciosa engalanada,
una luna salía temerosa
en su cuarto creciente a la ventana.

Chirimías se escuchan en la calle,
villancicos se cantan en las plazas,
celebrando esta fecha que recuerda
la llegada del Niño a nuestras casas.

Unos Reyes se acercan sigilosos
en camellos y larga caravana,
traen presentes al Niño que ha nacido
y en Belén un pesebre les aguarda.

Unas manos se agitan hacia el cielo,
las estrellas sonríen encantadas
y aquel hombre con alma de poeta
a las sombras y noche les cantaba.

"Ha nacido en Judea nuestro Niño,
que se vistan pastores y zagalas,
y que acudan con ellos sus rebaños
a dejar sus canciones y baladas.

Que palpiten de nuevo las estrellas,
los cometas detengan ya su marcha,
para dar esa luz y colorido,
ese toque especial con tanta magia.

El Amor que ha llegado en esta noche,
es Amor sin sonidos ni palabras,
es Amor que no sabe de fronteras,
y no sabe de credos ni de razas.

Y por eso cantemos jubilosos
por el Niño que duerme entre la paja,
porque es Dios que ha nacido en el pesebre
y el Amor nos entrega en su mirada"

...Nuestro hombre miraba las estrellas
y sus labios paciente musitaban,
desgranando sus versos hacia el cielo
y ofreciendo a la noche sus plegarias.

Navidad ha llegado de repente,
y con ella la vida y esperanza,
el Amor ha venido hasta nosotros
para abrirnos el cielo a nuestras almas.

Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/09

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